Los tipos de activos y su significado

Los activos son elementos fundamentales en el ámbito financiero y económico. En este artículo, exploraremos qué son los activos y analizaremos los diferentes tipos que existen.

Descubre cómo los activos pueden influir en tus finanzas y en tu toma de decisiones.

¿Qué son los Activos?

Los activos son todas aquellas cosas de valor, tanto tangibles como intangibles, que pertenecen a una persona o empresa y pueden ser convertidas en dinero.

En el caso de las empresas, se refiere a todos los bienes que poseen, como máquinas, bodegas, oficinas, vehículos, materia prima e inventario de productos terminados. También se incluyen activos no tangibles, como patentes, fórmulas y el valor de marca.

Si nos referimos a las finanzas personales, los activos pueden ser considerados como las posesiones de una persona, como su casa, carro, computadora, televisión, todo aquello que pueda ser valorado en dinero.

La definición tradicional de activos se basa en considerar todo lo que uno posee a su nombre en algún momento. Sin embargo, hace algunos años, Robert Kiyosaki desafió esta clasificación y argumentó que no todos los bienes y posesiones son activos, especialmente si no generan ingresos.

Según Kiyosaki, los activos deben ser bienes productivos que generen ingresos constantes. Si un bien o posesión no genera ingresos, no puede ser considerado un activo y debe ser clasificado de otra manera.

Su objetivo no era cambiar la legislación o la academia, sino que las personas se enfocaran en acumular bienes productivos. Para ilustrar esto, Kiyosaki usó el ejemplo de una casa.

Si tienes una casa y obtienes ingresos mensuales por concepto de arriendo, eso es un activo. Pero si vives en la misma casa y debes pagar servicios públicos y otros gastos, deja de ser un activo y se clasifica de otra forma.

Según Kiyosaki, un activo debe ser un bien que genere ingresos, a diferencia de la definición tradicional donde la posesión de un bien es suficiente para considerarlo un activo.

Por ejemplo, un automóvil puede ser considerado un activo si genera ingresos como taxi, Uber o haciendo acarreos, pero si solo genera gastos como gasolina, peajes y parqueaderos, no puede ser considerado un activo.

No hay una única respuesta correcta en cuanto a la definición de activos. Si buscas una respuesta académica, es posible que prefieras la definición tradicional. Pero si estás evaluando tu capacidad de generar ingresos y especialmente ingresos pasivos, la definición de Kiyosaki será más útil.

Corrientes y no corrientes

Los activos pueden ser clasificados en dos categorías principales según su liquidez: corrientes y no corrientes.

Los activos corrientes son aquellos que se espera que se conviertan en efectivo o se consuman dentro de un período de tiempo relativamente corto, generalmente dentro de un año. Estos activos incluyen efectivo en caja, cuentas por cobrar, inventarios y otros activos que se pueden convertir rápidamente en efectivo sin afectar negativamente la operación del negocio.

Por otro lado, los activos no corrientes son aquellos que se mantienen a largo plazo y no se esperan que sean convertidos en efectivo en el corto plazo. Estos activos incluyen propiedades, planta y equipo, inversiones a largo plazo y otros activos que se utilizan para la operación continua del negocio.

Es importante destacar que la clasificación de un activo como corriente o no corriente puede afectar la forma en que se presenta en los estados financieros de una empresa. Los activos corrientes suelen aparecer en primer lugar en el balance general, seguidos de los activos no corrientes.

En resumen, la distinción entre activos corrientes y no corrientes es clave para comprender la liquidez y la naturaleza a largo plazo de los activos de una empresa. Ambos desempeñan un papel importante en la evaluación de la salud financiera y la capacidad de generación de efectivo de una organización.

¿Qué son los Activos Corrientes?

También conocidos como activos líquidos, los activos corrientes son aquellos bienes o posesiones que pueden convertirse rápidamente en dinero (efectivo). Generalmente, para una empresa se considera como activo corriente aquel que puede convertirse en efectivo en un plazo menor a un año.

Por otro lado, para una persona, lo común es que la gran mayoría de sus activos cumplan con esta descripción. Sin embargo, se recomienda ser un poco más «estrictos» y considerar como activos corrientes únicamente aquellos que pueden convertirse en efectivo en un lapso de 3 a 6 meses.

Algunos ejemplos de activos corrientes son:

  • El dinero en cuentas bancarias.
  • Los inventarios de productos para la venta con alta rotación.
  • Las cuentas por cobrar.
  • Y, por supuesto, el dinero en efectivo.

Imagínate que tienes un amigo que te debe dinero y te ofrece 3 opciones para cubrir su deuda. ¿Cuál elegirías?

  • Que te pague en efectivo (con billetes y monedas).
  • Que te dé mercancía, como camisas tipo polo, y tú debas venderlas para recuperar tu dinero.
  • Que te ofrezca un título valor de una cadena de almacenes de ropa, quien le debe una cantidad exacta a la deuda contraída contigo, pero solo puede ser cobrado en 90 días.

Tú necesitas el dinero para el mismo día. ¿Cuál escogerías?

Seguramente elegirías el pago en efectivo, ya que te permitiría cumplir inmediatamente con tus obligaciones. Esto se debe a que el efectivo es el activo más líquido y puedes disponer de él de manera más rápida. Aunque todos los activos mencionados son suficientemente líquidos para considerarse corrientes, el efectivo es el de mayor liquidez.

¿Qué son los Activos no Corrientes?

Llamados también activos fijos, los activos no corrientes son aquellos que pertenecen al ente económico y han sido adquiridos con la intención de utilizarlos en la producción de bienes y servicios propios de la actividad económica desarrollada. A diferencia de los activos corrientes, estos no están destinados para la venta y su vida útil excede de un año.

Los activos pertenecientes a esta subcategoría son los siguientes:

  • Terrenos y bienes inmuebles
  • Muebles y enseres
  • Equipo de computo
  • Vehículos

Es importante tener en cuenta que algunos de estos ejemplos podrían considerarse como activos corrientes dependiendo de la rotación de dicho bien en el mercado. Por ejemplo, algunos vehículos usados pueden ser vendidos rápidamente y obtener su valor de mercado en efectivo en cuestión de semanas. Sin embargo, se recomienda ser prudente con estas estimaciones y considerarlos como activos no corrientes si no se está seguro de su facilidad de venta.

Tangibles e intangibles

Existen diferentes formas de clasificar los activos, una de ellas es de acuerdo al tipo de bien que los respalda. En esta clasificación, podemos distinguir dos categorías principales: activos tangibles y activos intangibles.

Los **activos tangibles** son aquellos que tienen una forma física y pueden ser percibidos a través de los sentidos. Estos activos se pueden tocar, ver o utilizar de alguna manera. Algunos ejemplos comunes de activos tangibles son los edificios, la maquinaria, los equipos, los vehículos y los inventarios.

Por otro lado, los activos intangibles son aquellos que no tienen una forma física y no se pueden percibir mediante los sentidos. Estos activos representan derechos o privilegios y su valor se deriva de su capacidad para generar beneficios futuros. Algunos ejemplos de activos intangibles son las patentes, las marcas registradas, los derechos de autor, las licencias, los conocimientos técnicos y las redes de clientes.

Es importante tener en cuenta que ambos tipos de activos tienen un valor financiero y pueden ser considerados como parte del patrimonio de una empresa. Los activos tangibles pueden ser valuados de acuerdo a su precio de mercado, mientras que los activos intangibles suelen ser valuados a través de métodos de estimación basados en su capacidad para generar ingresos.

En resumen, la clasificación de los activos en tangibles e intangibles nos ayuda a comprender la naturaleza y características de cada uno de ellos. Los activos tangibles pueden ser vistos y tocados, mientras que los activos intangibles representan derechos y privilegios. Ambos tipos de activos son valiosos y contribuyen al valor global de una empresa.

Qué son los activos tangibles

Los activos tangibles son aquellos que están sustentados en objetos materiales. En otras palabras, son las cosas que se pueden ver, tocar, oír, oler y probar con los sentidos. Estos activos físicos tienen una presencia física y concretan el valor de una empresa o individuo.

Un claro ejemplo de activo tangible es una casa. La propiedad inmobiliaria se puede ver y tocar, y su valor se base en su ubicación, tamaño, calidad de construcción, y otros factores. Otro ejemplo podría ser una camiseta: se puede ver, tocar y usar, y tiene un valor dependiendo de su marca, diseño y demanda en el mercado.

Los activos tangibles también pueden incluir objetos más pequeños, como un CD de música, una maceta para plantas o una colección de estampillas. Estos objetos, aunque no sean de gran valor monetario, aún tienen una presencia física y pueden ser utilizados o intercambiados.

En resumen, los activos tangibles son aquellos que tienen una forma física y pueden ser percibidos a través de los sentidos. Estos objetos concretos representan un valor económico y contribuyen al patrimonio de una empresa o individuo. Es importante tener en cuenta que los activos tangibles pueden depreciarse con el tiempo y requerir mantenimiento para preservar su valor.

Qué son los activos intangibles

Aquí encontrarás la clasificación de los activos inmateriales que contribuyen al aumento de los ingresos al ser utilizados en el ejercicio económico de las empresas o personas y que no están respaldados por un objeto físico. Estos activos suelen representarse en derechos, privilegios y ventajas competitivas.

Para las empresas, algunos ejemplos de activos intangibles son:

  • Marcas y patentes
  • Concesiones y franquicias
  • Crédito mercantil
  • Franquicias
  • Licencias
  • Know How

En el ámbito de las finanzas personales, algunos ejemplos de activos intangibles son:

  • Títulos universitarios
  • Premios recibidos
  • Patentes
  • Derechos de autor
  • Know How

Es posible que el concepto de Know How te sea desconocido. Se puede traducir como el «saber hacer» y hace referencia al conocimiento práctico para realizar con facilidad y eficiencia alguna labor o trabajo, basado en la experiencia o conocimiento especializado.

Ejemplos del Know How

Imaginemos que eres un ingeniero civil con una especialización en el diseño de plantas de tratamiento de aguas residuales. Gracias a este conocimiento especializado, puedes ahora incrementar tus ingresos significativamente. Este es solo un ejemplo de cómo tu habilidad puede abrirte nuevas oportunidades económicas.

Otro ejemplo podría ser el que tu abuela te haya revelado su fórmula secreta para la fabricación de productos capilares a base de keratinas. Este secreto resulta tan exitoso que una multinacional está interesada en comprar la fórmula para comercializarla a nivel mundial. En este caso, también se observa cómo un conocimiento especializado puede ser una fuente de ingresos adicionales.

Estos casos demuestran la idea fundamental de cómo se puede aumentar los ingresos a través de habilidades o conocimientos especializados. La pregunta que surge entonces en el ámbito de las finanzas personales es: ¿cómo podemos aprovechar nuestras propias habilidades y conocimientos para maximizar nuestros ingresos?

¿Puede considerarse la educación como un activo?

¡La respuesta es rotundamente SÍ! Al adquirir una educación de calidad, puedes aprovechar ese conocimiento para desarrollar habilidades que mejorarán tu bienestar económico y, al mismo tiempo, contribuirán al crecimiento de la economía nacional.

Como bien sabes, en Tributi estamos comprometidos a ser tu mejor aliado a la hora de tomar decisiones financieras, por eso hemos creado este contenido especialmente para ti.

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¿Qué son los Activos?

Los activos son todas aquellas cosas de valor, tanto tangibles como intangibles, que pertenecen a una persona o empresa y pueden ser convertidas en dinero.

¿Qué son los Activos Corrientes?

Los activos corrientes son aquellos que se espera que se conviertan en efectivo o se consuman dentro de un período de tiempo relativamente corto, generalmente dentro de un año.

¿Qué son los Activos Tangibles?

Los activos tangibles son aquellos que tienen una forma física y pueden ser percibidos a través de los sentidos.

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